¿Sientes que al sonreír se muestra demasiada encía?
¿Te incomoda verte en fotos o te cohíbes al reír en público?
Eso que te ocurre tiene nombre: se llama
sonrisa gingival, y aunque puede parecer solo una cuestión estética, a muchas personas les afecta en su confianza y bienestar emocional.
Afortunadamente, hoy en día existen varias formas de corregirla con resultados naturales y seguros.
¿Qué es la sonrisa gingival?
La sonrisa gingival, también conocida como
gummy smile, se da cuando al sonreír se expone una cantidad excesiva de encía superior (generalmente más de 2-3 mm).
Aunque no supone un problema de salud en sí misma, puede alterar la armonía del rostro y afectar a la estética de la sonrisa.
¿Por qué aparece?
- Exceso de encía: el tejido gingival cubre más diente del que debería.
- Dientes pequeños: pueden estar parcialmente erupcionados o ser más cortos de lo normal.
- Labio superior corto o muy activo: se eleva demasiado al sonreír.
- Crecimiento óseo vertical excesivo: el maxilar se ha desarrollado hacia abajo.
- Erupción pasiva alterada: cuando la encía no retrocede tras la salida del diente.
¿A quién le afecta más?
La sonrisa gingival puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente en mujeres jóvenes.
Y aunque muchas veces pasa desapercibida para los demás, quien la sufre suele tener una alta percepción del problema por motivos estéticos.
¿Cómo se puede corregir?
La buena noticia es que
sí tiene solución, y el tratamiento dependerá de la causa específica. Aquí te contamos las opciones más comunes:
1. Gingivectomía o alargamiento coronario
Un procedimiento sencillo en el que se recorta el exceso de encía para dejar visible más diente. Se realiza con láser o bisturí, con anestesia local y sin dolor.
Ideal si el problema es por encía excesiva o dientes cortos.
2. Infiltraciones de toxina botulínica (botox)
Cuando el labio se eleva demasiado al sonreír, el botox ayuda a relajar los músculos responsables, evitando que se muestre tanta encía.
Efecto temporal (4–6 meses), pero muy útil en labios hiperactivos.
3. Ortodoncia (invisible o convencional)
En casos donde la posición de los dientes o del hueso es parte del problema, la ortodoncia puede reposicionar las estructuras para mejorar la proporción entre diente y encía.
Invisalign es una excelente opción estética para adultos con sonrisa gingival leve o moderada.
4. Cirugía ortognática
Si la causa es un exceso de crecimiento óseo del maxilar superior, puede ser necesario un tratamiento más complejo como una cirugía ortognática.
Requiere planificación conjunta con ortodoncia. Se reserva para los casos más severos.
Caso real: la historia de Carla
Carla, 29 años, siempre odiaba salir en las fotos. Sentía que su encía “invadía” su sonrisa. Tras una valoración, se detectó un labio superior hiperactivo y encías ligeramente alargadas.
El tratamiento fue sencillo: una gingivectomía con láser más una pequeña infiltración de botox.
“Nunca pensé que algo tan pequeño me iba a cambiar tanto. Ahora sonrío sin pensar si se ve mi encía o no. Solo disfruto”.
¿Vale la pena corregirla?
Si afecta a tu autoestima o te condiciona al sonreír, sí.
La sonrisa es una de nuestras cartas de presentación más poderosas, y sentirte cómodo con ella mejora la seguridad, la expresión y hasta la forma en que nos relacionamos.
No se trata de alcanzar la perfección, sino de lograr una sonrisa que se vea y se
sienta natural.
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Una primera visita basta para entender por qué te ocurre, si tiene solución y qué tratamiento es el más indicado para ti.
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